Comunicación
Había una vez una rana que se encontraba vagando por el bosque, disfrutando del sol y de cuantos mosquitos se encontraba, perdida en sus transcendentales pensamientos.
Al llegar a un claro con una charca de aguas cristalinas observó como un sapo erguido sobre una roca parecía dominar el paisaje perdido en sus pensamientos, tal y como le gustaba hacerlo a ella.
El sapo la pareció imponente y lleno de autoridad. Su porte y su postura evocaban la majestuosidad de un personaje de rango elevado y por tanto, de elevados pensamientos, le pareció a la rana.